1Grita, Job, a ver quién te responde.
¿A qué ángel vas a recurrir?
2Entregarse a la amargura o a la pasión
es una necedad que lleva a la muerte.
3He visto al necio empezar a prosperar,
mas su casa fue pronto destruida.
4Sus hijos no tienen quien los ayude;
en los tribunales los tratan injustamente
y no hay quien los defienda.
5Sus cosechas se las comen los hambrientos
sacándolas de entre los espinos,
y los sedientos les envidian sus riquezas.
6La maldad no brota del suelo;
la desdicha no nace de la tierra:
7es el hombre el que causa la desdicha,
así como del fuego salen volando las chispas.
8En tu lugar, yo me volvería hacia Dios
y pondría mi causa en sus manos;
9¡él hace tantas y tan grandes maravillas,
cosas que nadie es capaz de comprender!
10Él envía la lluvia a la tierra,
y con ella riega los campos;
11él enaltece a los humildes
y da seguridad a los afligidos;
12él desbarata los planes del astuto
y los hace fracasar.
13Él atrapa al astuto en su propia astucia,
y hace que fracasen sus planes malvados:
14¡a plena luz del día andan ellos a tientas,
envueltos en tinieblas, como si fuera de noche!
15Dios salva al pobre y oprimido
del poder de los malvados;
16él es la esperanza de los débiles,
¡él les tapa la boca a los malvados!
17Feliz el hombre a quien Dios reprende;
no rechaces la reprensión del Todopoderoso.
18Si él hace una herida, también la vendará;
si con su mano da el golpe, también da el alivio.
19Una y otra vez te librará del peligro,
y no dejará que el mal llegue a ti.
20En tiempo de hambre te librará de la muerte,
y en tiempo de guerra te salvará de la espada.
21Te protegerá de las malas lenguas,
y no habrás de temer cuando llegue el desastre.
22Te reirás de hambres y calamidades,
y no tendrás miedo a los animales salvajes.
23Las piedras no estorbarán en tus campos,
y las fieras serán tus amigas.
24En tu casa tendrás prosperidad,
y al revisar tu ganado lo encontrarás completo.
25Tendrás tanta descendencia
como hierba hay en el campo.
26Llegarás a la vejez en pleno vigor,
como un manojo de espigas maduras.
27La experiencia nos enseña que esto es así;
escucha esto, y compruébalo tú mismo.