SALMO 92 (91)
Un canto de alabanza
1 (1) Salmo y cántico para el sábado.
1 1 (2) Altísimo Señor,
¡qué bueno es darte gracias
y cantar himnos en tu honor!
2 2 (3) Anunciar por la mañana y por la noche
tu gran amor y fidelidad,
3 3 (4) al son de instrumentos de cuerda,
con música suave de arpa y de salterio.
4 4 (5) Oh Señor,
¡tú me has hecho feliz con tus acciones!
¡Tus obras me llenan de alegría!
5 5 (6) Oh Señor,
¡qué grandes son tus obras!,
¡qué profundos tus pensamientos!
6 6 (7) ¡Solo los necios no pueden entenderlo!
7 7 (8) Si los malvados y malhechores
crecen como la hierba, y prosperan,
es solo para ser destruidos para siempre.
8 8 (9) Pero tú, Señor, por siempre estás en lo alto.
9 9 (10) Una cosa es cierta, Señor:
que tus enemigos serán destruidos;
que todos los malhechores serán dispersados.
10 10 (11) Tú aumentas mis fuerzas
como las fuerzas de un toro,
y viertes perfume sobre mi cabeza.
11 11 (12) He de ver cómo caen mis enemigos;
¡he de oír las quejas de esos malvados!
12 12 (13) Los buenos florecen como las palmas
y crecen como los cedros del Líbano.
13 13 (14) Están plantados en el templo del Señor;
florecen en los atrios de nuestro Dios.
14 14 (15) Aun en su vejez, darán fruto;
siempre estarán fuertes y lozanos,
15 15 (16) y anunciarán que el Señor, mi protector,
es recto y no hay en él injusticia.