Poder y misericordia de Dios
1Dios, que vive eternamente, creó el universo;
2solo el Señor es intachable.
4Nadie puede contar lo que él ha hecho;
¿quién podrá investigar sus maravillas?
5¿Quién podrá medir su inmensa fuerza
o exponer todas sus bondades?
6No es posible aumentarlas ni disminuirlas;
nadie puede descubrir las maravillas del Señor.
7Cuando uno termina, apenas está comenzando;
cuando llega al fin, no sabe qué pensar.
8¿Qué es el hombre?, ¿para qué sirve?,
¿qué es el bien o el mal que puede hacer?
9Si un hombre vive mucho, llegará a cien años;
10pero comparados con la eternidad,
son como una gota de agua en el mar
o como un granito de arena.
11Por eso Dios es paciente con los hombres
y les tiene mucha compasión.
12Él sabe qué desgraciado es el fin del hombre,
y por eso es incansable en perdonar.
13El hombre se compadece solo de su prójimo,
pero el Señor se compadece de todo ser viviente;
él reprende, corrige, enseña
y guía como un pastor a su rebaño.
14¡Dichosos los que confían en su misericordia
y se apresuran a cumplir sus leyes!
Bondad
15Hijo mío, cuando hagas un favor no reprendas,
no eches a perder un regalo con palabras duras.
16Como el rocío refresca el calor,
así una buena palabra es mejor que un regalo.
17En verdad, una palabra es mejor que un regalo,
y un hombre bondadoso da ambas cosas.
18El estúpido critica sin miramientos,
y dar algo de mala gana es motivo de llanto.
Prudencia
19Antes de hablar, infórmate,
y antes de caer enfermo, cuida tu salud.
20Antes de ser juzgado, examínate a ti mismo,
y cuando Dios te pida cuentas, te perdonará.
21Antes de caer enfermo, humíllate;
y cuando peques, arrepiéntete.
22No dejes de cumplir a tiempo lo que prometas a Dios,
y no esperes hasta la muerte para pagarlo.
23Antes de hacer a Dios una promesa, prepárate;
no pongas a prueba al Señor.
24Piensa en la ira de Dios el día final,
cuando sin compasión dará a cada cual su merecido.
25En la abundancia acuérdate de la escasez,
y en la riqueza acuérdate de la pobreza.
26De la noche a la mañana cambia el tiempo;
si el Señor lo quiere, todo pasa en un momento.
27El sabio siempre está prevenido;
si hay peligro de pecar, se aleja del mal.
28Todo hombre sensato conoce la sabiduría
y alaba al que la encuentra.
29Los que entienden los proverbios también se hacen sabios
y pronuncian dichos acertados.
Dominio de sí mismo
30No te dejes llevar de tus pasiones;
domina tus deseos.
31Si das gusto a la pasión,
tus enemigos se reirán de ti.
32No te aficiones a la vida de placer;
los gastos te dejarán en la pobreza.
33No vivas en comilonas y borracheras,
teniendo tu bolsa vacía.