El demonio vencido
1Cuando terminaron de cenar, decidieron ir a acostarse. Llevaron al muchacho a la habitación. 2Tobías se acordó entonces de lo que le había dicho Rafael. Sacó de su bolsa el hígado y el corazón del pescado, y los puso sobre las brasas en las que se quemaba incienso. 3El olor del pescado no dejó acercar al demonio, y este salió huyendo por el aire hasta la parte más lejana de Egipto. Rafael fue y lo encadenó allá, y volvió inmediatamente. 4Las otras personas salieron de la habitación y cerraron la puerta.
Tobías se levantó de la cama y le dijo a Sara: «Mi amor, levántate y hagamos oración para pedirle al Señor que tenga misericordia de nosotros y nos proteja.»
5Ella se levantó, y los dos comenzaron a orar así, pidiendo a Dios que los protegiera: «Alabado seas, Dios de nuestros antepasados, alabado sea tu nombre por siempre. Que el cielo y la creación entera te alaben por todos los siglos. 6Tú creaste a Adán y le diste a su esposa Eva como compañera y apoyo. Y de ellos dos nació todo el género humano. Tú dijiste: “No es bueno que el hombre esté solo. Le voy a hacer alguien que sea una ayuda adecuada para él.” 7Ahora, yo no tomo a esta mujer movido por deseos impuros, sino con intenciones sinceras. Dígnate tener compasión de mí y de ella, y concédenos llegar juntos a la vejez.»
8Y ambos añadieron: «Amén, amén», 9y se acostaron para pasar la noche.
Temores de Ragüel
10Mientras tanto Ragüel se levantó y llamó a sus criados, y se fueron a cavar una fosa, pues pensaba: «Si acaso ha muerto, que la gente no se burle de nosotros y nos insulte.» 11Cuando terminaron de cavar la fosa, volvió Ragüel a la casa, llamó a su esposa 12y le dijo: «Manda a una de las criadas que entre y vea si Tobías está vivo. Y si está muerto, lo enterraremos sin que nadie se dé cuenta.»
13Mandaron a la criada, encendieron una lámpara y abrieron la puerta. La criada entró, y encontró a Tobías y a Sara profundamente dormidos el uno junto al otro. 14Salió entonces y les avisó que Tobías estaba vivo y que no le había pasado nada malo. 15Entonces Ragüel alabó al Dios del cielo, diciendo: «¡Alabado seas, oh Dios, con toda alabanza pura! ¡Alabado seas por todos los siglos! 16Alabado seas porque me has llenado de alegría, y no sucedió lo que yo temía, sino que nos trataste de acuerdo con tu inmensa bondad. 17Alabado seas porque tuviste compasión de estos dos hijos únicos. Ten misericordia de ellos, Señor, y protégelos. Concédeles hasta el fin una vida llena de felicidad y de tus favores.»
18Entonces mandó a los criados que volvieran a llenar la fosa antes que amaneciera.
Celebración de las fiestas
19Ragüel pidió a su mujer que preparara comida abundante. Fue al establo y trajo dos novillos y cuatro carneros, y los mandó matar, y comenzaron los preparativos.
20Luego llamó a Tobías, y le dijo: «Te vas a tener que quedar dos semanas, sin moverte de aquí. Comerás y beberás en mi casa. Alegrarás el corazón de mi hija, que ha tenido que sufrir tanto. 21Después podrás tomar la mitad de lo que yo tengo, e irte en paz a casa de tu padre. Y cuando yo y mi esposa muramos, también la otra mitad será para ustedes dos. Ten confianza, hijo. Yo soy ahora tu padre y Edna es tu madre. Desde ahora y para siempre somos tuyos y de tu esposa. ¡Ten confianza, hijo!»