Job defiende su causa delante de Dios
1Respondió Job y dijo:
2«Hoy también hablaré con amargura,
porque es más grave mi llaga que mi gemido.
3¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios!
Yo iría hasta su morada,
4expondría mi causa delante de él
y llenaría mi boca de argumentos.
5Yo sabría lo que él me respondiese
y entendería lo que me dijera.
6¿Contendería conmigo con la grandeza de fuerza?
¡No, sino que él me atendería!
7Allí el justo razonaría con él
y yo escaparía para siempre de mi juez.
8»Si me dirijo al oriente, no lo encuentro;
si al occidente, no lo descubro.
9Si él muestra su poder en el norte, yo no lo veo;
ni tampoco lo veo si se oculta en el sur.
10Mas él conoce mi camino:
si me prueba, saldré como el oro.
11Mis pies han seguido sus pisadas;
permanecí en su camino, sin apartarme de él.
12Nunca me separé del mandamiento de sus labios,
sino que guardé las palabras de su boca más que mi comida.
13»Pero si él decide una cosa, ¿quién lo hará cambiar?
Lo que desea, lo realiza.
14Él, pues, llevará a término lo que ha decidido en cuanto a mí,
y muchas cosas semejantes que tiene en su propósito.
15Por eso, me espanto en su presencia;
cuando lo considero, tiemblo a causa de él.
16Dios ha enervado mi corazón;
me ha aterrado el Omnipotente.
17¿Por qué no fui aniquilado por las tinieblas?
¿Por qué no fue cubierto por la oscuridad mi rostro?