En Dios está la esperanza de liberación
1Yo soy el hombre que ha visto aflicción bajo el látigo de su enojo.
2Él me ha guiado, me ha llevado por tinieblas y no por la luz;
3ciertamente contra mí vuelve sin cesar su mano todo el día.
4Él hizo envejecer mi carne y mi piel y quebrantó mis huesos;
5levantó baluartes contra mí y me rodeó de amargura y trabajo.
6Me dejó en oscuridad, como los que murieron hace ya mucho tiempo.
7Me cercó por todos lados y no puedo salir; ha agravado mis cadenas.
8Aunque clamo y doy voces, él cierra los oídos a mi oración.
9Él cercó mis caminos con piedra labrada, torció mis senderos.
10Fue para mí como un oso en acecho, como un león que se agazapa.
11Torció mis caminos y me despedazó; me dejó desolado.
12Tensó su arco y me puso por blanco de la saeta.
13Ha clavado en mis entrañas las saetas de su aljaba.
14Soy el escarnio de todo mi pueblo, el objeto de su burla día tras día.
15Me ha llenado de amargura, me ha embriagado de ajenjo.
16Mis dientes quebró con guijarros y me cubrió de ceniza.
17Y mi alma se alejó de la paz, me olvidé del bien
18y dije: «Perecieron mis fuerzas y mi esperanza en Jehová.»
19Acuérdate de mi aflicción y de mi abatimiento, del ajenjo y de la hiel.
20Aún lo tengo en la memoria, porque mi alma está abatida dentro de mí.
21Pero esto consideraré en mi corazón, y por esto esperaré:
22Que por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias;
23nuevas son cada mañana. ¡Grande es tu fidelidad!
24«Mi porción es Jehová; por tanto, en él esperaré», dice mi alma.
25Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que lo busca.
26Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová.
27Bueno le es al hombre llevar el yugo desde su juventud.
28Que se siente solo y calle, porque es Dios quien se lo impuso;
29ponga su boca en el polvo, por si aún hay esperanza;
30dé la mejilla al que lo hiere y sea colmado de afrentas.
31El Señor no rechaza para siempre;
32antes bien, si aflige, también se compadece según su gran misericordia,
33pues no se complace en afligir o entristecer a los hijos de los hombres.
34Desmenuzar bajo los pies a todos los encarcelados de la tierra,
35torcer el derecho del hombre ante la presencia del Altísimo
36o trastornar al hombre en un proceso, son cosas que el Señor no aprueba.
37¿Quién puede decir que algo sucede sin que el Señor lo mande?
38¿Acaso no proceden de la boca del Altísimo los bienes y los males?
39¿Por qué se lamenta el hombre, si está vivo a pesar de su pecado?
40Escudriñemos nuestros caminos, busquemos y volvámonos a Jehová;
41levantemos corazón y manos al Dios de los cielos.
42Nosotros nos rebelamos y fuimos desleales, y tú no perdonaste.
43Desplegada tu ira, nos perseguiste; mataste, y no perdonaste;
44te ocultaste en una nube para que no te llegara nuestra oración;
45nos convertiste en oprobio y abominación en medio de los pueblos.
46Todos nuestros enemigos abrieron su boca contra nosotros;
47Temor y lazo vinieron sobre nosotros, asolamiento y quebranto.
48Ríos de lágrimas brotan de mis ojos por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo.
49Mis ojos destilan sin cesar, porque no habrá alivio
50hasta que Jehová mire y vea desde los cielos.
51Mis ojos me han entristecido el alma a causa de todas las hijas de mi ciudad.
52Mis enemigos, sin tener por qué, me han dado caza como a un ave;
53me ataron vivo en una cisterna, y la cerraron con una piedra.
54Las aguas cubrieron mi cabeza, y dije: «¡Muerto soy!»
55Jehová, tu nombre invoqué desde la cárcel profunda,
56y oíste mi voz. ¡No escondas tu oído del clamor de mis suspiros!,
57pues te acercaste el día que te invoqué y dijiste: «No temas.»
58Abogaste, Señor, la causa de mi alma, redimiste mi vida.
59Jehová, tú que has visto el agravio que me hacen, ¡defiende mi causa!
60Tú has visto toda su venganza, todos sus pensamientos contra mí.
61Has oído, Jehová, sus ultrajes, todas sus maquinaciones contra mí,
62los dichos de quienes contra mí se levantaron, y su designio contra mí todo el día.
63Su sentarse y su levantarse mira, porque yo soy su canción.
64¡Dales el pago, Jehová, que merece la obra de sus manos!
65¡Entrégalos al endurecimiento de corazón y caiga tu maldición sobre ellos!
66¡Persíguelos, Jehová, en tu furor y quebrántalos debajo de los cielos!