Mictam de David
1Guárdame, Dios,
porque en ti he confiado.
2Alma mía, dijiste a Jehová:
«Tú eres mi Señor;
no hay para mí bien fuera de ti.»
3Para los santos que están en la tierra
y para los íntegros es toda mi complacencia.
4Se multiplicarán los dolores de aquellos
que sirven diligentes a otro dios.
No ofreceré yo sus libaciones de sangre
ni en mis labios tomaré sus nombres.
5Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa;
tú aseguras mi suerte.
6Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos
y es hermosa la heredad que me ha tocado.
7Bendeciré a Jehová que me aconseja;
aun en las noches me enseña mi conciencia.
8A Jehová he puesto siempre delante de mí;
porque está a mi diestra, no seré conmovido.
9Se alegró por tanto mi corazón y se gozó mi alma;
mi carne también descansará confiadamente,
10porque no dejarás mi alma en el seol,
ni permitirás que tu santo vea corrupción.
11Me mostrarás la senda de la vida;
en tu presencia hay plenitud de gozo,
delicias a tu diestra para siempre.
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