Maravillas del Señor a favor de Israel
1¡Alaben al Señor, invoquen su nombre!
¡Que los pueblos reconozcan sus obras!
2¡Canten, sí, cántenle salmos!
¡Proclamen todas sus maravillas!
3¡Regocíjense en su santo nombre!
¡Alégrense de corazón los que buscan al Señor!
4¡Busquen el poder del Señor!
¡Busquen siempre a Dios!
5¡Recuerden sus grandes maravillas,
sus hechos prodigiosos y sus sabias sentencias!
6Ustedes son los descendientes de Abrahán;
ustedes son los hijos de Jacob, sus escogidos.
7El Señor es nuestro Dios;
en toda la tierra prevalecen sus juicios.
8Nunca se olvida de su pacto,
de la palabra que dictó para mil generaciones.
9Fue un acuerdo que hizo con Abrahán,
y que lo confirmó con Isaac.
10Con Jacob lo estableció como decreto;
con Israel lo hizo un pacto duradero
11cuando dijo: «Te daré la tierra de Canaán
como la herencia que te corresponde.»
12Ellos no eran numerosos;
eran unos simples forasteros.
13Andaban de nación en nación,
y de un reino a otro reino;
14pero Dios no dejó que fueran agraviados,
sino que por ellos castigó a los reyes
15y dijo: «¡No toquen a mis ungidos!
¡No les hagan daño a mis profetas!»
16Dios hizo que hubiera hambre en la tierra,
y el trigo para el pan quedó destruido.
17Pero antes envió a uno de sus hombres;
envió a José, que fue vendido como esclavo.
18Los egipcios le pusieron grilletes en los pies,
y lo arrojaron tras los hierros de la cárcel.
19Pero finalmente se cumplieron sus dichos,
aunque la palabra de Dios lo puso a prueba.
20El rey ordenó que le abrieran la cárcel;
el señor que gobierna los pueblos lo liberó.
21Lo nombró señor de su casa
y lo puso a cargo de sus posesiones.
22Le dio poder para frenar a los grandes,
y sabiduría para enseñar a los sabios.
23Fue así como Israel llegó a Egipto,
como Jacob llegó a vivir en la tierra de Cam.
24Pero el pueblo aumentó en número
y se hizo más fuerte que los egipcios.
25El corazón de los egipcios se llenó de odio,
y decidieron hacerle mal a su pueblo.
26Pero Dios envió a su siervo Moisés,
lo mismo que a Aarón, su escogido.
27Dios les dio el poder de hacer señales,
y de realizar prodigios en la tierra de Cam.
28Dejó caer sobre Egipto densa oscuridad,
pero los egipcios no acataron su palabra.
29Convirtió las aguas en sangre,
y todos los peces murieron.
30Vinieron entonces muchísimas ranas,
que infestaron las cámaras reales.
31Dios habló, y vinieron enjambres de moscas,
y las casas se inundaron de piojos.
32Dios dejó caer granizo como lluvia,
y rayos de fuego rasgaron la tierra.
33Destrozó los viñedos, secó las higueras,
y desgajó los árboles de su país.
34Dios habló otra vez, y vinieron langostas,
y como plaga llegó el pulgón,
35y se comió la hierba del país
y acabó con los frutos de su tierra.
36Hirió de muerte a todos sus primogénitos,
a las primicias de su fuerza varonil.
37Su pueblo salió cargado de oro y plata;
en sus tribus no había un solo enfermo.
38Cuando el pueblo salió, los egipcios se alegraron,
pues ante ellos sentían un profundo terror.
39En el desierto los cubría una nube,
y un fuego los alumbraba de noche.
40Pidieron comida, y Dios les mandó codornices;
sació su hambre con el pan que cayó del cielo.
41Dios partió la peña, y fluyeron aguas
que corrieron como ríos por el desierto.
42Dios se acordó de su santa palabra,
y de su juramento a Abrahán, su siervo.
43Su pueblo salió con gran gozo;
sus elegidos salieron con gran júbilo.
44Dios les dio las tierras de otras naciones,
lo mismo que los frutos de esos pueblos,
45para que obedecieran sus preceptos
y cumplieran todos sus mandatos.
¡Aleluya!