Cántico gradual.
1Muchas han sido mis angustias
desde mi juventud…
—que lo reconozca el pueblo de Israel—,
2muchas han sido mis angustias
desde mi juventud,
pero no lograron vencerme.
3Sobre mis espaldas pasaron los arados
y me dejaron profundas huellas,
4pero el Señor, que es justo,
me libró de las ataduras de los malvados.
5¡Que huyan avergonzados
todos los que odian a Sión!
6¡Que sean como la hierba en el tejado,
que se marchita y nunca crece,
7que no alcanza a llenar la mano del segador,
ni jamás llega a formar un manojo!
8Que nunca le digan los que pasan:
«¡Que el Señor los bendiga!
¡Nosotros los bendecimos en el nombre del Señor!»
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