1-7Entonces Dios le dijo al profeta Jehú hijo de Hananí, que dijera en contra de Baasá lo siguiente:
«Tú eras un hombre sin importancia; sin embargo, te puse a gobernar a mi pueblo Israel. Pero me tiene muy enojado que te has comportado igual que Jeroboam y has hecho pecar a Israel. Por eso voy a destruirte a ti y a toda tu familia. Haré con ustedes lo mismo que hice con la familia de Jeroboam. A los miembros de tu familia que mueran en la ciudad se los comerán los perros, y los buitres se comerán a los que mueran en el campo».
Aunque Baasá destruyó a Jeroboam y a su familia, al final pecó igual que él. Todo lo que hizo Baasá, incluyendo sus triunfos, está escrito en el libro de la historia de los reyes de Israel.
Cuando Baasá murió, lo sepultaron en la ciudad de Tirsá, y después reinó en su lugar su hijo Elá.
Elá y Zimrí, reyes de Israel
8Elá fue nombrado rey de Israel cuando Asá ya tenía veintiséis años de gobernar en Judá. La capital de su reino fue Tirsá, y su reinado duró dos años. 9Pero un oficial del reino, llamado Zimrí, que estaba a cargo de la mitad de los carros de guerra, se rebeló contra Elá.
Cierto día, Elá fue a la casa de Arsá, el encargado del palacio, y allí bebió hasta emborracharse. 10Entonces Zimrí entró, lo mató y comenzó a reinar en su lugar. Esto ocurrió en el año veintisiete del reinado de Asá en Judá.
11Tan pronto como Zimrí comenzó a reinar, mató a toda la familia de Baasá y a todos sus amigos. 12De esta manera se cumplió lo que Dios había dicho en contra de Baasá por medio del profeta Jehú. 13Todo eso pasó por los pecados de Baasá y de su hijo Elá, pues hicieron enojar a Dios al adorar a dioses falsos, y con ello hicieron pecar a Israel.
14El resto de la historia de Elá y todo lo que hizo está escrito en el libro de la historia de los reyes de Israel.
15-19Zimrí sólo gobernó en Tirsá por siete días. Resulta que el ejército estaba por atacar la ciudad filistea de Guibetón, cuando se enteraron de que Zimrí había matado al rey. Como los soldados no estuvieron de acuerdo, nombraron rey a Omrí, general del ejército. Entonces regresaron a Tirsá para quitar a Zimrí del trono. Pero cuando Zimrí vio que el ejército se había apoderado de la ciudad, entró en el palacio y le prendió fuego. El palacio se quemó, y él murió dentro. Esto le sucedió como castigo por los pecados que había cometido, pues Zimrí desobedeció a Dios y se comportó igual que Jeroboam, quien había hecho pecar a Israel. Todo esto sucedió en el año veintisiete del reinado de Asá en Judá.
20El resto de la historia de Zimrí y su traición está escrita en el libro de la historia de los reyes de Israel.
Omrí, rey de Israel
21Después de la muerte de Zimrí, el pueblo de Israel se dividió. Unos querían que el rey fuera Tibní hijo de Guinat, y otros, que el rey fuera Omrí. 22Los que querían a Omrí vencieron a los de Tibní. Como resultado Tibní murió, y Omrí fue el rey. 23Comenzó a reinar cuando Asá ya tenía treinta y un años de gobernar en Judá. Su reinado duró doce años, y durante los seis primeros años tuvo por capital la ciudad de Tirsá. 24Luego Omrí le compró a Sémer la montaña de Samaria por sesenta y seis kilos de plata. Allí edificó una ciudad con murallas, a la que llamó Samaria, en honor de Sémer, su dueño anterior.
25Omrí desobedeció a Dios y cometió peores pecados que los que habían cometido todos los reyes anteriores. 26Cometió los mismos pecados que Jeroboam, pues también hizo pecar a Israel adorando dioses falsos, y eso hizo enojar a Dios.
27Todo lo que hizo Omrí, incluyendo sus triunfos, está escrito en el libro de la historia de los reyes de Israel. 28Cuando murió lo enterraron en Samaria. Después su hijo Ahab reinó en su lugar.
Ahab, rey de Israel
29Ahab comenzó a reinar cuando Asá ya tenía treinta y ocho años de gobernar en Judá. La capital de su reino fue Samaria, y su reinado duró veintidós años.
30Ahab desobedeció a Dios y cometió más pecados que todos los reyes anteriores. 31Se comportó peor que Jeroboam, pues se casó con Jezabel hija de Et-baal, rey de los sidonios, y terminó adorando a Baal. 32Construyó en Samaria un templo y un altar para ese dios. 33También hizo una imagen de la diosa Astarté, con lo que hizo enojar al Dios de Israel mucho más que todos los reyes anteriores.
34Durante el reinado de Ahab, un hombre de la ciudad de Betel que se llamaba Hiel, reconstruyó la ciudad de Jericó. Cuando comenzó a reconstruirla, murió su hijo mayor llamado Abiram. Su hijo menor, llamado Segub, murió cuando puso los portones de la ciudad. Esto sucedió porque Dios había dicho, por medio de Josué, que morirían los hijos del hombre que reconstruyera Jericó.