Nueva escala de valores
1Más vale ser respetado
que andar bien perfumado.
Más vale el día en que morimos
que el día en que nacemos.
2Más vale ir a un entierro
que a una fiesta,
pues nos hace bien recordar
que algún día moriremos.
3Más vale llorar que reír;
el llanto nos hace madurar.
4En un funeral
los sabios saben cómo portarse,
pero los tontos
solo se ríen y hacen chistes.
5Más vale una reprensión de sabios
que una alabanza de tontos.
6Qué hueca es la risa del tonto,
pronto se apaga,
como la paja en el fuego.
7El sabio actúa como un tonto
cuando abusa de su poder
y acepta dinero
a cambio de favores.
8Más vale un buen final
que un buen principio.
El que tiene paciencia
llega a la meta;
el orgulloso habla mucho,
pero no logra nada.
9Si ya enojarse es malo,
guardar rencor es peor.
10Hay quienes se quejan de que «todo tiempo pasado fue mejor». Pero esas quejas no demuestran mucha sabiduría.
11En esta vida ser sabio es bueno, pero ser sabio y rico es mejor. 12La sabiduría protege, y el dinero también, pero la sabiduría nos permite llegar a viejos.
13Fíjate en lo que Dios ha hecho, y verás que nadie puede enderezar lo que él ha torcido. 14Por eso, cuando vengan los buenos tiempos, disfrútalos; pero cuando lleguen los tiempos malos ponte a pensar que todo viene de Dios, y que nunca sabemos lo que nos espera.
15En esta vida sin sentido que me ha tocado vivir, he visto lo siguiente: hay gente buena, que por su bondad acaba en la ruina, y hay gente malvada, que a pesar de su maldad vive muchos años. 16Yo creo que no hay que exagerar. ¡Ni tan bueno ni tan sabio que acabes en la ruina! 17¡Ni tan malo ni tan tonto que mueras antes de tiempo! 18No te vayas a los extremos. Respeta a Dios y todo te saldrá bien.
19Una ciudad está mejor protegida con la sabiduría de un hombre sabio que con la fuerza de diez gobernantes. 20Sin embargo, no hay en este mundo nadie tan bueno que siempre haga el bien y nunca peque.
21No hagas caso de los chismes, y así no sabrás cuando tu empleado hable mal de ti; 22aunque tú bien sabes que muchas veces también has hablado mal de otros.
El por qué de las cosas
23Como yo quería ser sabio, traté de entender todo esto haciendo uso de mi inteligencia, pero era más de lo que yo podía entender. 24Todo lo que existe es muy difícil de comprender, y entenderlo está fuera de mi alcance. En realidad, no hay nadie que pueda entenderlo.
25Entonces decidí investigar todo lo que pudiera acerca de la sabiduría y llegar a una conclusión. Así pude darme cuenta de que ser malo es una tontería, y que ser tonto es una locura. 26También pude darme cuenta de que una mala mujer causa más amargura que la muerte; cuando te abraza, lo que realmente quiere es atraparte. Si tú obedeces a Dios, te librarás de ella; pero si no lo obedeces, caerás en sus redes.
27Después de estudiar con cuidado todas las cosas, yo, el Predicador, he llegado a esta conclusión: 28¡todavía no he encontrado lo que busco! He encontrado un hombre bueno entre mil, pero no he encontrado una sola mujer buena. 29Lo que sí he llegado a entender es que Dios nos hizo perfectos, pero nosotros lo enredamos todo.