El fin está cerca
1Dios me dijo lo siguiente:
2-4«Ezequiel, diles a los israelitas que el Dios de Israel les envía esta advertencia:
“¡El fin está cerca! ¡Les llegó la hora, a ustedes y a toda la tierra! Voy a llamarlos a cuentas. Descargaré mi enojo sobre ustedes, y no les tendré ninguna compasión. Voy a castigarlos. Voy a hacerlos sufrir las consecuencias de todos sus actos repugnantes. Así reconocerán que yo soy el Dios de Israel.
5-6”Les aseguro que ya llegó su fin. Desgracia tras desgracia caerá sobre ustedes. 7Les ha llegado la hora a los que viven en este país. Ha llegado el día de espanto. ¡Se acabó la fiesta en las montañas! 8-9No quedaré satisfecho hasta haber calmado mi enojo contra ustedes. Voy a llamarlos a cuentas. Voy a castigarlos. Voy a hacerlos sufrir las consecuencias de todos sus actos repugnantes. Así reconocerán que yo soy el Dios de Israel, y que también sé castigar.
10”¡Ha llegado el día! ¡Ha llegado la hora! ¡Por todas partes se ve orgullo y maldad! 11Crece la violencia y brota la maldad. ¡Pero de ustedes no quedará nada! ¡Ni grandes ciudades, ni grandes riquezas!
12”¡Ha llegado la hora! ¡Ha llegado el día! ¡Se acabó la alegría de los que compran y los que venden! ¡Voy a castigar a estas multitudes! 13Aunque los comerciantes queden con vida, no podrán recuperar sus mercancías. Ya he anunciado lo que haré con esta gran ciudad, y nada hará que cambie de opinión: ¡nadie quedará con vida!
14”Voy a castigar a esta gran ciudad. Y aunque sus habitantes toquen la trompeta, nadie saldrá a la batalla. 15Los que se queden fuera de la ciudad morirán en el combate; los que se queden adentro morirán de hambre y de enfermedad; 16los que quieran escapar a las montañas, también morirán por causa de sus pecados, aunque traten de huir como palomas espantadas. 17A todos les temblarán las rodillas, y no tendrán fuerza en los brazos. 18Se vestirán de luto y se llenarán de terror; irán con la cara avergonzada y con la cabeza rapada. 19Tirarán a la calle su oro y su plata, como si fueran basura. Ese día descargaré mi ira, y nada podrá salvarlos, ni siquiera su oro y su plata, pues fueron la causa de sus pecados. Todas esas riquezas no podrán quitarles el hambre ni llenarles el estómago.
20”Tan orgullosos estaban de sus valiosas joyas, que con ellas hicieron imágenes de sus ídolos. ¡Pero yo haré que esas joyas les den asco! 21-22Cuando yo abandone este país, vendrán ladrones extranjeros y se robarán esas riquezas. Vendrán los peores criminales y entrarán en mi templo, llevándose mis tesoros y dejando el lugar inservible.
23”Por toda la ciudad hay violencia; por todo el país se mata a la gente. Ezequiel, prepara las cadenas para arrastrar los cadáveres, 24pues voy a traer naciones malvadas para que los echen de sus casas. Esas naciones no respetarán los templos, así que ya no tendrán nada de qué sentirse orgullosos.
25”Entonces se llenarán de angustia. Y querrán tener paz, pero ya no habrá paz. 26¡Vendrá desgracia tras desgracia! ¡Solo habrá malas noticias! No habrá profetas que les hablen de mi parte, ni sacerdotes que puedan enseñarles, ni gente capaz de dirigirlos. 27El rey estará de luto, el gobernante estará deprimido, y todo el pueblo estará aterrado. Los trataré tal y como ellos trataron a los demás; los juzgaré tal y como ellos juzgaron a otros. Entonces reconocerán que yo soy el Dios de Israel”».