El séptimo día
1-3Así terminó Dios
la creación del cielo y de la tierra
y de todo cuanto existe,
y el séptimo día descansó.
Dios bendijo ese día y lo apartó,
para que todos lo adoraran.
El hombre y la mujer
4Esta es la historia de cuando Dios creó el cielo y la tierra.
En ese tiempo 5aún no había árboles ni plantas en el campo, porque Dios todavía no había hecho que lloviera, ni había nadie que cultivara la tierra. 6Del suelo salía una especie de vapor, y eso era lo que mantenía húmeda la tierra. 7Entonces Dios tomó un poco de polvo, y con ese polvo formó al hombre. Luego sopló en su nariz, y con su propio aliento le dio vida. Así fue como el hombre comenzó a vivir.
8Dios había plantado un jardín al cual llamó Edén, y allí puso al hombre. 9Luego Dios hizo que creciera allí toda clase de árboles; eran hermosos y daban fruta muy sabrosa. En medio de ese jardín estaba el árbol de la vida, y también el árbol del conocimiento del bien y del mal.
10De Edén salía un río que regaba el jardín y luego se dividía en otros cuatro ríos. 11El primer río se llamaba Pisón, y es el que rodea todo el país de Havilá. Allí hay oro 12muy fino, y hay también piedra de ónice y plantas con las que se hacen finos perfumes. 13El segundo río se llamaba Guihón, y es el que rodea todo el país de los etíopes. 14El tercer río es el Tigris, que corre al este de Asiria. El cuarto río es el Éufrates.
15Dios puso al hombre en el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara, 16pero claramente le dijo: «Puedes comer de todos los árboles que hay en el jardín, 17pero no del árbol del conocimiento del bien y del mal. Si comes de ese árbol, te juro que morirás».
18Luego Dios dijo: «No está bien que el hombre esté solo. Voy a hacerle alguien que lo acompañe y lo ayude». 19-20Entonces hizo Dios todos los animales domésticos y salvajes, y todas las aves que vuelan por el cielo, y se los llevó al hombre para que les pusiera nombre. Y este así lo hizo.
Sin embargo, para el hombre no se encontró compañía ni ayuda. 21Por eso Dios hizo que el hombre se quedara profundamente dormido. Y así, mientras este dormía, Dios le sacó una de sus costillas, y luego le cerró el costado. 22De esa costilla Dios hizo una mujer. Cuando se la llevó al hombre, 23este dijo:
«¡Esta vez tengo a alguien
que es carne de mi carne
y hueso de mis huesos!
La llamaré hembra,
porque Dios la sacó del hombre».
24Esto explica por qué el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer para formar un solo cuerpo.
25Tanto el hombre como su mujer andaban desnudos, pero no sentían vergüenza de andar así.