Pecados de los israelitas
1-2¡Escuchen, israelitas, el mensaje de su Dios! Él les dice:
«Yo tengo un pleito
contra ustedes, los israelitas.
Ustedes no son sinceros,
ni aman a su prójimo.
Todo el mundo mata y roba,
miente y jura en falso,
y no es fiel en su matrimonio.
Por todos lados hay violencia.
¡Nadie me reconoce como su Dios!
3Por eso todos en el país
lloran y se desaniman,
y van desapareciendo
los animales de la tierra,
del cielo y del mar.
4»Mi acusación
es solo contra los sacerdotes,
¡nadie más es responsable!
5De día y de noche pecan,
y hacen pecar a los profetas;
¡por eso destruiré a su descendencia!
6»Mi pueblo no ha querido
reconocerme como su Dios,
y por eso se está muriendo.
¡Ni los sacerdotes me reconocen!
Por eso no quiero que sigan
sirviendo en mi templo.
Ya que olvidaron mis mandamientos,
yo también me olvidaré de sus hijos.
7»Mientras más sacerdotes había,
más gente pecaba contra mí;
por eso, en vez de premiarlos,
los voy a humillar.
8Con las ofrendas que da mi pueblo
para el perdón de sus pecados,
ustedes hacen negocio.
Por eso hacen todo lo posible
para que el pueblo siga pecando.
9»La verdad es que castigaré
tanto al pueblo como a los sacerdotes,
10pues ambos se han alejado de mí.
Por eso, aunque coman mucho,
siempre se quedarán con hambre;
y por más que traten de tener hijos,
jamás llegarán a tenerlos.
Israel adora a los ídolos
11»¡Por andar con prostitutas
y emborracharse con vino,
han perdido la cabeza!
12Es tan fuerte su deseo sexual
que prefieren andar con mujerzuelas;
por eso se han apartado de mí.
»¡Es increíble!
Mi pueblo le pide consejos
a un pedazo de madera;
¡quiere que un simple palo
le ayude a adivinar el futuro!
13Suben a lo alto de las colinas,
y bajo la sombra de los árboles
presentan ofrendas a sus dioses;
¡sus hijas y sus nueras
se portan como unas mujerzuelas!
14Pero yo no voy a castigarlas
por tener sexo con tantos hombres,
pues ustedes mismos tienen sexo
con mujeres que adoran a otros dioses.
»¡Un pueblo que pierde la cabeza,
acaba por destruirse!
15Si ustedes, israelitas,
siguen adorando a otros dioses,
¡por lo menos que Judá
no siga ese mal ejemplo!
¡Ya no adoren a esos ídolos
de Guilgal y Bet-avén!
¡Ya no juren en mi nombre!
16Ustedes son muy rebeldes;
¡son más tercos que una mula!
No esperen que yo los trate
como si fueran mansos corderos.
17»Si ustedes, israelitas,
quieren seguir adorando ídolos,
¡pues sigan haciéndolo!
18¡Mientras se emborrachan,
van en busca de mujerzuelas!
Prefieren la mala vida
a vivir como gente decente.
19Por seguir adorando a esos ídolos,
van a quedar en vergüenza
y serán destruidos por completo.