Mensaje contra Damasco
1Mensaje de Dios contra Damasco:
«La ciudad de Damasco dejará de existir;
quedará hecha un montón de ruinas.
2Será abandonada para siempre;
en sus ruinas comerán los animales,
sin que nadie los moleste.
3Todo el reino de Siria dejará de existir,
al igual que la ciudad de Damasco;
además, las ciudades del norte,
que son el orgullo de Israel,
se quedarán sin murallas.
Yo soy el Dios todopoderoso,
y juro que así será».
El castigo de Israel
4Dios continuó diciendo:
«Cuando Siria sea destruida,
también el gran pueblo de Israel
se quedará sin fuerzas
y perderá todas sus riquezas.
5-6»Israel será arrasada;
quedará como un campo de trigo
después de la cosecha.
Los pocos que queden con vida
serán como esas espigas
que quedan tiradas en el campo,
o como las pocas aceitunas
que quedan en la punta del árbol
después de sacudirlo.
Yo soy el Dios de Israel,
y juro que así será».
El fin de la idolatría
7En ese día, los israelitas se arrepentirán y volverán a confiar en su creador, el Dios santo de Israel. 8No volverán a ofrecer sacrificios al dios Baal, ni a adorar a las estatuas de la diosa Astarté, las cuales hicieron con sus propias manos.
9En ese día,
las ciudades fortificadas de Israel
quedarán abandonadas y desiertas,
tal como quedaron las ciudades
que Israel conquistó en Canaán.
10Ustedes, israelitas,
se olvidaron de Dios,
que es su protector y salvador.
Ahora siembran hermosos huertos
en honor de otros dioses.
11Se dedican a cuidar las plantas
y al día siguiente brota la semilla.
Pero llegará el día en que sufrirán,
y esa cosecha no les servirá de nada.
12-14Oigan a los muchos ejércitos enemigos;
¡rugen más que un mar embravecido!
Por la noche causan terror,
pero al amanecer desaparecen.
En cuanto Dios los reprende,
salen corriendo y se van muy lejos.
¡Son como la paja que se lleva el viento,
como la hierba que arrastra el huracán!
¡Así acabarán las naciones
que han robado a Israel
y lo han dejado en la ruina!