1Isaías dijo:
«Dios hizo que Ciro
llegara a ser rey de Persia.
Le permitió dominar a las naciones
y dejar desarmados a sus reyes.
Dios hizo que ninguna ciudad
resistiera los ataques de Ciro.
Entonces Dios le dijo:
2“Yo avanzaré delante de ti
y convertiré los montes en llanuras;
romperé los portones de bronce
y haré pedazos sus barras de hierro.
3”Yo te daré tesoros escondidos
que tengo en lugares secretos.
Así sabrás que yo soy Dios,
el único Dios de Israel.
4Israel es mi pueblo elegido,
y mi fiel servidor.
Por amor a él,
y aunque tú no me conocías,
yo te llamé por tu nombre
y te di el título de rey.
5”Yo soy Dios,
y fuera de mí no hay otro.
Tú no me conocías,
pero yo te preparé para la lucha,
6para que todo el mundo supiera
que yo soy el único Dios.
7Yo he creado la luz y la oscuridad;
yo hago el bien y envío la desgracia.
Yo soy el único Dios,
y solo yo hago todo esto”».
Isaías pide la salvación del pueblo
8Isaías dijo:
«Que Dios mande justicia
desde los cielos,
que la justicia descienda
como rocío del cielo,
como lluvia de las nubes.
¡Que haya justicia en la tierra
y Dios traiga salvación!»
El misterioso poder de Dios
9Dios dijo:
«El barro no le dice al alfarero:
“¿Qué estás haciendo?”,
ni la vasija lo critica, diciendo:
“Tú no sabes trabajar”.
10Un hijo no le reprocha a sus padres
el haberlo traído a este mundo.
11»Por eso, yo, el Dios santo,
que formó al pueblo de Israel, les digo:
“Ustedes no pueden pedirme cuentas
sobre el futuro de mi pueblo
ni enseñarme lo que debo hacer.
12Yo hice la tierra y a sus habitantes,
yo extendí el cielo con mis manos
y allí coloqué los astros.
13Yo hice triunfar a Ciro, el rey de Persia,
y ahora lo ayudaré en todo
para que reconstruya Jerusalén,
que es mi ciudad.
”Ciro pondrá en libertad a los israelitas
que viven como esclavos
en el país de Babilonia;
los liberará sin pedirles nada a cambio”».
14Dios también le dijo a Israel:
«Los campesinos de Egipto,
los comerciantes de Etiopía
y los hombres de Sabá,
que son todos muy altos,
desfilarán ante ti
y se volverán tus esclavos.
Se arrodillarán ante ti y te dirán:
“Solo entre ustedes está Dios;
no hay ningún otro”».
La humillación de los idólatras
15Isaías dijo:
«Dios nuestro,
tú eres un Dios misterioso,
el Dios salvador de Israel.
16»Todos los que fabrican ídolos
se llenarán de vergüenza,
serán humillados
y quedarán en ridículo.
17Pero al pueblo de Israel
lo salvarás para siempre
y nunca más se llenará de vergüenza
ni volverá a ser humillado».
Dios desafía a los ídolos
18Isaías dijo:
«Dios desafía a los ídolos
y dice:
“¡Yo soy el único Dios!
Yo he creado los cielos
y he formado la tierra
para que sea habitada.
Yo no formé la tierra
como un desierto seco,
19ni hablé desde un lugar oscuro y secreto;
tampoco les dije a los israelitas:
‘Búsquenme, pero no me encontrarán’.
”Yo, el único Dios,
siempre hablo con la verdad,
y por eso le digo
a la gente de los pueblos
que ha escapado con vida:
20‘Reúnanse y acérquense.
Hay gente ignorante
que carga ídolos de madera
y ora a dioses que no pueden salvar.
’Esa gente no entiende nada.
21Vamos ante el juez,
para ver si pueden responderme:
¿Quién anunció estas cosas
mucho antes de que sucedieran?
Fui yo, el único Dios,
y no hay otro dios fuera de mí.
Solo yo tengo el poder
para ofrecer justicia y salvación.
22’Vengan a mí todos los pueblos
que habitan en lugares lejanos.
Yo los salvaré,
porque yo soy Dios y no hay otro.
23Lo que digo es verdad,
y mi palabra no dejará de cumplirse.
Ante mí, todos doblarán la rodilla
y me adorarán.
Les juro que así será’.
24”Entonces todos dirán:
‘Solo Dios puede dar la victoria’.
Los que se enojaron conmigo,
se llenarán de vergüenza,
y volverán a obedecerme.
25Gracias a mí,
los israelitas triunfarán
y se llenarán de orgullo”».