La oración de Sedequías
1-3El rey Sedequías envió a Pashur y al sacerdote Sofonías, a que le dijeran al profeta Jeremías:
«Nabucodonosor, el rey de Babilonia, nos está atacando. Por favor, ruégale a Dios que nos ayude. Pídele que haga uno de sus milagros a favor de nosotros, para que ese rey nos deje tranquilos».
Pero Dios tenía otro plan, y se lo comunicó a Jeremías. Entonces Jeremías les respondió a Pashur y a Sofonías:
«Díganle al rey Sedequías 4que el Dios de Israel dice: “El rey de Babilonia y sus soldados están rodeando y atacando la ciudad de Jerusalén. Frente a sus ataques, tus tropas retrocederán y se refugiarán en la ciudad. 5Es más, yo mismo voy a pelear contra ustedes, y lo haré con todo mi poder y con toda mi furia. ¡Ya me tienen harto! 6Voy a mandarles una enfermedad terrible, que matará a todos los que viven en esta ciudad, y hasta los animales. 7A ti, Sedequías, y a tus oficiales, los pondré en manos de Nabucodonosor y de su ejército. También entregaré a la gente que no haya muerto por la enfermedad, la guerra o el hambre. Les juro que ese rey los matará sin compasión”».
8Dios le dijo a Jeremías:
«Dile de mi parte a este pueblo:
“A todos lo que viven en Jerusalén les daré a elegir entre la vida y la muerte. 9Los que se queden en la ciudad morirán en la guerra, o los matará la enfermedad y el hambre. Solo se salvarán si salen y se rinden a los babilonios. 10Ya me cansé de tratar con bondad a esta ciudad. La voy a destruir. Se la entregaré al rey de Babilonia, para que la destruya con fuego. Les juro que así lo haré”.
11-12»A los descendientes del rey David diles que presten atención a mis palabras. Este es mi mensaje para ellos:
“No dejen de hacer el bien,
y protejan a los que son maltratados.
Si no lo hacen así,
mi enojo arderá como un fuego
y nadie podrá apagarlo.
Así los castigaré por todas sus maldades.
13”Habitantes de Jerusalén,
yo estoy muy enojado con ustedes.
Ustedes creen que Jerusalén,
por estar en la montaña,
es la más fuerte de la región.
Creen que nadie puede conquistarla
ni destruir sus murallas.
14Pero yo les daré su merecido:
Le prenderé fuego a su bosque,
y ese fuego destruirá
todo lo que hay a su alrededor.
Les juro que así lo haré”».