Job interrumpe a Bildad
1En tono burlón, Job contestó:
2-4«¿Es así como ayudas al necesitado,
al que ya no tiene fuerzas?
¡Vaya, vaya!
¡Qué discurso tan hermoso
has pronunciado!
¡Qué buen amigo resultaste!
¡Qué consejos tan buenos sabes dar
a los ignorantes como yo!
¡Qué inteligencia has demostrado!»
Bildad continúa su discurso
5«En lo más profundo de la tierra,
los muertos tiemblan de miedo.
6De Dios nadie puede esconderse,
ni siquiera la muerte destructora.
7-9Dios extendió cielo y tierra
donde antes no había nada,
y en el cielo puso su trono.
»Dios guarda agua en las nubes,
y no deja que llueva.
10Traza una línea en el horizonte,
y así divide el día y la noche.
11Reprende a las montañas
que sostienen el cielo,
y las hace temblar de miedo.
12Usa su poder y sabiduría
y con ellos vence al mar;
13da muerte con su propia mano
al gran monstruo marino.
Con un soplo de su boca
deja el cielo despejado.
14»Esto es apenas un murmullo
que alcanzamos a escuchar;
es tan solo una muestra
del gran poder de Dios,
que jamás podremos comprender».