Primera respuesta de Elifaz
1Elifaz le dijo a Job:
2«Puede ser que no te guste
lo que tengo que decirte,
pero no puedo quedarme callado.
3Si bien recuerdo,
tú fuiste maestro de muchos
y animabas a los desanimados;
4palabras no te faltaban
para alentar a los tristes
y apoyar a los débiles.
5Pero ahora que sufres,
no lo soportas
y te das por vencido.
6Según tú, no haces nada malo,
¿por qué entonces desconfías de Dios?
7»¡No me vayas a decir
que quien hace lo bueno
sufre y acaba mal!
8He podido comprobar
que quien mal anda mal acaba.
9»Cuando Dios se enoja,
con un soplo destruye al malvado,
10-11y aunque ruja o gruña como león,
Dios le romperá los dientes.
Como no podrá comer,
se morirá de hambre,
y sus hijos tendrán que huir.
12»Alguien me confió un secreto,
que apenas pude escuchar.
13Mientras todo el mundo dormía,
tuve un sueño, y perdí la calma.
14¡Fue tanto el miedo que sentí,
que todo el cuerpo me temblaba!
15Sentí en la cara un viento helado,
y se me erizaron los pelos.
16¡Sabía que alguien estaba allí,
pero no podía verlo!
Todo alrededor era silencio.
De pronto oí que alguien decía:
17“Nadie es mejor que su creador.
¡Ante él, no hay inocentes!
18Dios ni en sus ángeles confía,
pues hasta ellos le fallan;
19¡mucho menos va a confiar
en nosotros los humanos!
Estamos hechos de barro,
y somos frágiles como polillas.
20-21”En esta vida estamos de paso;
un día nacemos
y otro día morimos.
¡Desaparecemos para siempre,
sin que a nadie le importe!
¡Morimos sin llegar a ser sabios!”