1 1 (40.25) »No puedes pescar un cocodrilo
con un simple anzuelo,
ni atarle la lengua con una cuerda.
2 2 (40.26) No puedes perforarle la quijada
ni atarle el hocico.
3 3 (40.27) ¡Un cocodrilo no va a rogarte
que le tengas compasión,
4 4 (40.28) ni va a servirte como esclavo
por el resto de su vida!
5 5 (40.29) Tampoco podrás jugar con él
como juegas con los pájaros,
y atarle una cuerda a una pata
para que jueguen tus hijas.
6 6 (40.30) No se despedaza un cocodrilo
para venderlo en el mercado;
7 7 (40.31) ¡las lanzas no le atraviesan
la piel ni la cabeza!
8 8 (40.32) Si quieres sujetarlo,
acabarás peleando con él,
y te arrepentirás de hacerlo.
9 9 (1) No tiene caso que pienses
en llegar a dominarlo;
¡con solo verlo, caerás desmayado!
10 10 (2) Si nadie puede con él,
¿quién va a poder conmigo,
que soy el Dios todopoderoso?
11 11 (3) ¡Mío es todo lo que hay
debajo del cielo!
¿Quién me puede pedir cuentas?
12-13 12-13 (4-5) »No olvides que el cocodrilo
tiene patas muy fuertes
una piel impenetrable,
y un cuerpo enorme
que nadie puede dominar.
14 14 (6) No hay quien se atreva
a abrirle el enorme hocico
para ver sus filosos colmillos.
15-17 15-17 (7-9) Su cuerpo está cubierto
con hileras de pequeños escudos,
que ni el aire dejan pasar.
18 18 (10) Cuando el cocodrilo resopla,
sus ojos brillan más que el rayo
y que el sol del nuevo día;
19 19 (11) de su hocico salen
chispas de lumbre y llamas de fuego;
20-21 20-21 (12-13) lanza humo por la nariz
y fuego por la boca;
¡parece una olla puesta al fuego!
¡Un soplo suyo enciende la leña!
22 22 (14) Es tan fuerte su cuello
que solo de verlo da miedo;
23 23 (15) la piel más blanda de su cuerpo
es impenetrable;
24 24 (16) su pecho es firme como roca
y duro como piedra de molino.
25 25 (17) Cuando el cocodrilo se sacude,
hasta los más poderosos
tiemblan y echan a correr.
26-29 26-29 (18-21) No hay arma capaz de herirlo,
pues rompe el hierro como paja,
y el bronce como madera podrida;
las flechas no lo penetran,
y las piedras de las hondas
tan solo le hacen cosquillas;
golpearlo con un martillo
es como golpearlo con una pluma.
30 30 (22) Cuando se arrastra por el lodo,
abre surcos como el arado;
31 31 (23) cuando se lanza al fondo del lago,
el agua parece una olla hirviendo,
32 32 (24) y a su paso va dejando
una estela blanca y brillante.
33 33 (25) El cocodrilo a nadie le teme,
y no hay animal que se le parezca.
34 34 (26) Desprecia a los poderosos,
pues es el rey de los monstruos».