Piensa antes de actuar
1Querido jovencito,
si algún amigo te pide
que respondas por él
y te comprometas
a pagar sus deudas,
2no aceptes ese compromiso,
pues caerás en la trampa.
3No dejes que tu amigo te atrape;
¡mejor ponte a salvo!
Te recomiendo que vayas a verlo
y le ruegues que no te comprometa.
4Que no te agarren de tonto;
5mejor ponte a salvo,
como huyen del cazador,
las aves y los venados.
No seas perezoso
6¡Vamos, joven perezoso,
fíjate en la hormiga!
¡Fíjate en cómo trabaja,
y aprende a ser sabio como ella!
7La hormiga no tiene jefes,
ni capataces ni gobernantes,
8pero durante la cosecha
recoge su comida y la guarda.
9Jovencito perezoso,
¿cuánto más seguirás durmiendo?,
¿cuándo vas a despertar?
10Te duermes un poco,
te tomas la siesta,
tomas un descansito
y te cruzas de brazos…
11¡Así acabarás
en la más terrible pobreza!
No seas mentiroso
12Hay gente mala y sinvergüenza
que anda contando mentiras;
13para engañar a los otros,
guiña el ojo,
apunta con los dedos,
y hace señas con los pies.
14Esa gente solo piensa hacer lo malo,
y siempre anda provocando pleitos.
15Por eso la desgracia
vendrá sobre ellos de repente;
cuando menos lo esperen,
serán destruidos sin remedio.
No provoques peleas
16Hay seis clases de gente,
y puede añadirse una más
que Dios no puede soportar:
17La gente orgullosa,
la gente violenta,
la gente mentirosa,
18la gente malvada,
la gente ansiosa de hacer lo malo,
19la gente que miente en un juicio,
y la que provoca pleitos familiares.
Cuidado con la mujer infiel
20Querido jovencito,
cumple al pie de la letra
con los mandamientos de tu padre
y con las enseñanzas de tu madre.
21Grábatelos en la memoria,
y tenlos siempre presentes;
22te mostrarán el camino a seguir,
velarán tu sueño mientras duermes,
y hablarán contigo cuando despiertes.
23Los mandamientos y las enseñanzas
son como una lámpara encendida;
la corrección y la disciplina
te mostrarán cómo debes vivir;
24te cuidarán de la mujer infiel,
que con palabras dulces te convence.
25No pienses en esa malvada;
no te dejes engañar por su hermosura
ni te dejes cautivar por su mirada.
26Por una prostituta
puedes perder la comida,
pero por la mujer de otro
puedes perder la vida.
27Si te echas brasas en el pecho,
te quemarás la ropa;
28si caminas sobre brasas,
te quemarás los pies;
29si te enredas con la esposa de otro,
no quedarás sin castigo.
30No se ve mal que un ladrón
robe para calmar su hambre,
31aunque si lo sorprenden robando
debe devolver siete veces
el valor de lo robado;
a veces tiene que pagar
con todas sus posesiones.
32-33Pero el que se enreda
con la mujer de otro
comete la peor estupidez:
busca golpes,
encuentra vergüenzas,
¡y acaba perdiendo la vida!
34Además, el marido engañado
da rienda suelta a su furia;
si de vengarse se trata,
no perdona a nadie.
35Un marido ofendido
no acepta nada a cambio;
no se da por satisfecho
ni con todo el oro del mundo.