(1a) Cántico para las peregrinaciones.
1 1 (1b) Dejemos que nuestra gente
nos hable de las angustias
que ha pasado desde su juventud:
2«Hemos pasado muchas angustias
desde nuestra juventud,
pero no han podido vencernos.
3El enemigo nos hirió la espalda;
¡nos hizo profundas heridas,
como quien abre surcos
con un arado!
4Pero Dios es justo
y nos libró de los malvados».
5¡Que sean derrotados
y puestos en vergüenza
todos los que odian a Jerusalén!
6¡Que se marchiten como la hierba
que crece en el techo de la casa!
7Esa gente es como la hierba,
de la que no se ocupan
ni los que la cortan
ni los que la recogen.
8Cuando pasan, nadie los saluda;
y si saludan, nadie les contesta.
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