Sociedad Biblica Argentina

UN AÑO DE BUENAS NOTICIAS 167

Texto(s) de la Biblia

1 Tesalonicenses 3

1Por lo tanto, cuando ya no pudimos soportarlo más, decidimos quedarnos solos en Atenas,

2y enviar a ustedes a nuestro hermano Timoteo, que es un servidor de Dios y colaborador de nosotros en el evangelio de Cristo, con el fin de afianzarlos y animarlos en su fe,

3para que nadie se inquiete por estas dificultades. Como ustedes bien saben, a esto se nos ha destinado.

4Cuando todavía estábamos con ustedes, les advertimos que tendríamos dificultades; y, como ustedes saben, así sucedió.

5Por eso, cuando ya no pude esperar más, mandé a preguntar acerca de su fe, pues el tentador podría haberlos tentado, y entonces nuestro trabajo habría sido en vano.

6Pero ahora Timoteo ha vuelto a nosotros, luego de haber estado con ustedes, y nos ha dado las buenas noticias de la fe y el amor que ustedes tienen. Nos ha contado, además, que ustedes siempre nos recuerdan con cariño, y que desean vernos. También nosotros deseamos verlos a ustedes.

7Por eso, hermanos, en medio de todas nuestras necesidades y aflicciones, ustedes nos han consolado por medio de su fe;

8¡el saber que ustedes están firmes en el Señor nos ha devuelto la vida!

9¿Cómo podríamos dar gracias a Dios por ustedes, y por todo el gozo que ustedes nos hacen disfrutar delante de nuestro Dios?

10De día y de noche, no hay un solo momento en que no oremos para que podamos volver a verlos, y así podamos completar lo que falte a la fe de ustedes.

11Que nuestro Dios y Padre, y nuestro Señor Jesucristo, dirijan nuestro camino hacia ustedes,

12y que el Señor los haga crecer y aumente el amor entre ustedes y hacia los demás, así como también nosotros los amamos a ustedes,

13para que se fortalezca su corazón y sean ustedes santos e irreprensibles delante de nuestro Dios y Padre, cuando venga nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.

1 Tesalonicenses 4

La vida agradable a Dios

1Por lo demás, hermanos, les rogamos y animamos en el Señor Jesús a que cada día su comportamiento sea más y más agradable a Dios, que es como debe ser, de acuerdo con lo que han aprendido de nosotros.

2Ustedes ya conocen las instrucciones que les dimos de parte del Señor Jesús.

3La voluntad de Dios es que ustedes sean santificados, que se aparten de toda inmoralidad sexual,

4que cada uno de ustedes sepa tener su propio cuerpo en santidad y honor,

5y no en pasiones desordenadas, como la gente que no conoce a Dios.

6Ninguno debe agraviar ni engañar en nada a su hermano; porque el Señor toma en cuenta todo esto, como ya les hemos dicho y declarado.

7Pues Dios no nos ha llamado a vivir en la inmundicia, sino a vivir en santidad.

8El que desecha esto, no desecha a un hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo.

9En cuanto al amor fraternal, no es necesario que les escriba, porque Dios mismo les ha enseñado que ustedes deben amarse los unos a los otros,

10y eso es lo que ustedes hacen con todos los hermanos que viven por toda Macedonia. Sin embargo, hermanos, les rogamos que su amor abunde más y más,

11y que procuren vivir en paz, y ocuparse de sus negocios y trabajar con sus propias manos, tal y como les hemos ordenado,

12a fin de que se conduzcan honradamente con los de afuera, y no tengan necesidad de nada.

La venida del Señor

13Hermanos, no queremos que ustedes se queden sin saber lo que pasará con los que ya han muerto, ni que se pongan tristes, como los que no tienen esperanza.

14Así como creemos que Jesús murió y resucitó, así también Dios levantará con Jesús a los que murieron en él.

15Les decimos esto como una enseñanza del Señor: Nosotros, los que vivimos, los que habremos quedado hasta que el Señor venga, no nos adelantaremos a los que murieron,

16sino que el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero.

17Luego nosotros, los que aún vivamos y hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes, para recibir en el aire al Señor, y así estaremos con el Señor siempre.

18Por lo tanto, anímense unos a otros con estas palabras.

1 Tesalonicenses 3:1-4:18RVRCAbrir en el lector de la Biblia

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