SALMO 105 (104)
Los actos de Dios por Israel
1¡Den gracias al Señor!
¡Proclamen su nombre!
Cuenten a los pueblos sus acciones.
2Canten himnos en su honor.
¡Hablen de sus grandes hechos!
3Siéntanse orgullosos de su santo nombre.
¡Siéntase alegre el corazón
de los que buscan al Señor!
4Recurran al Señor, y a su poder;
recurran al Señor en todo tiempo.
5Recuerden sus obras grandes y maravillosas,
y los decretos que ha pronunciado;
6ustedes, descendientes de su siervo Abraham;
ustedes, hijos de Jacob, sus escogidos.
7Él es el Señor, nuestro Dios;
¡él gobierna toda la tierra!
8Ni aunque pasen mil generaciones
se olvidará de las promesas de su alianza,
9de la alianza que hizo con Abraham,
del juramento que hizo a Isaac
10y que confirmó como ley para Jacob,
como alianza eterna para Israel,
11cuando dijo:
«Voy a darte la tierra de Canaán
como la herencia que te toca.»
12Aunque ellos eran pocos,
unos cuantos extranjeros en la tierra,
13que iban de nación en nación
y de reino en reino,
14Dios no permitió que nadie los maltratara,
y aun advirtió a los reyes:
15«No toquen a mis escogidos
ni maltraten a mis profetas.»
16Hizo venir hambre a aquella tierra,
y les quitó todo alimento.
17Pero envió delante de ellos a José,
al que habían vendido como esclavo.
18Le lastimaron los pies con cadenas;
¡lo aprisionaron con hierros!
19La palabra del Señor puso a prueba a José,
hasta que se cumplió lo que José había anunciado.
20El rey, el que gobernaba a mucha gente,
ordenó que le dieran libertad;
21lo nombró amo y señor de su casa
y de todo cuanto tenía,
22para que enseñara e hiciera sabios
a los jefes y a los ancianos.
23Vino después Israel, que es Jacob,
y vivió como extranjero en Egipto,
en la tierra de Cam.
24Dios hizo grande en número a su pueblo,
y más fuerte que los egipcios.
25Pero hizo que los egipcios
se pusieran en contra de su pueblo
y engañaran a los siervos de Dios.
26Entonces Dios envió a su siervo Moisés,
y a Aarón, a quien había escogido,
27y ellos realizaron señales de Dios en el desierto:
¡grandes maravillas en la tierra de Cam!
28Envió Dios una oscuridad que todo lo cubrió,
pero los egipcios desatendieron sus palabras.
29Convirtió en sangre el agua de sus ríos,
y mató a sus peces;
30infestó de ranas el país,
y aun la alcoba del rey.
31Habló Dios, y nubes de tábanos y mosquitos
invadieron el territorio egipcio.
32En vez de lluvia, envió granizo
y llamas de fuego sobre el país.
33Destrozó sus viñas y sus higueras;
¡destrozó los árboles de Egipto!
34Habló Dios, y llegaron las langostas;
¡tantas eran, que no se podían contar!
35¡Devoraron la hierba del campo
y todo lo que la tierra había producido!
36¡Hirió de muerte, en Egipto mismo,
al primer hijo de toda familia egipcia!
37Dios sacó después a su pueblo
cargado de oro y plata,
y nadie entre las tribus tropezó.
38Los egipcios se alegraron de verlos partir,
pues estaban aterrados.
39Dios extendió una nube para cubrirlos
y un fuego para alumbrarlos de noche.
40Pidieron comida, y les mandó codornices,
y con pan del cielo los dejó satisfechos.
41Partió la roca, y de ella brotó agua
que corrió por el desierto como un río.
42Pues se acordó de la santa promesa
que había hecho a su siervo Abraham.
43Fue así como Dios sacó a su pueblo escogido,
entre gritos de alegría,
44y les dio las tierras de otras naciones
y el fruto del trabajo de otros pueblos,
45para que respetaran y atendieran
las leyes y enseñanzas del Señor.
¡Aleluya!