La gente de Moab se refugia en Judá
1»Desde la ciudad de Selá,
que está en el desierto,
los jefes de Moab envían corderos
para presentar ofrendas a Dios
en el templo de Jerusalén.
2»Los habitantes de Moab
cruzan el río Arnón;
parecen pájaros asustados
que escapan de sus nidos.
3-4Vienen con este mensaje
para los habitantes de Jerusalén:
“¡Necesitamos protección!
Necesitamos un lugar para escondernos.
No nos entreguen en manos
del enemigo destructor”.
»Cuando el enemigo se vaya de Moab
y terminen la guerra y la destrucción,
5un descendiente del rey David
llegará a ser rey de Israel.
Su reinado será justo y honesto;
él guiará a todos con bondad,
y no tardará en hacer justicia.
El orgullo de Moab desaparecerá
6»Los habitantes de Moab
son famosos por su orgullo:
se creen muy importantes,
y miran con desprecio a los demás.
¡Pero están equivocados!
7-8»Todos ellos llorarán por su país;
se llenarán de tristeza al recordar
los ricos viñedos de Quir-haréset,
de Hesbón y de Sibná.
Esos viñedos eran tan grandes
que se extendían por el desierto,
y llegaban a la ciudad de Jazer
y hasta el mar Mediterráneo.
Pero ahora esos viñedos están marchitos,
pues los asirios
los han destrozado por completo.
9»Por eso, ahora lloro
por los viñedos de Sibmá y Jazer.
También lloro por Hesbón y Elalé,
pues en sus campos
ya no hay frutos ni cosechas
que den alegría a la gente.
10»Ya no habrá en los campos
alegría ni alboroto;
ya no se oirá el canto
de los que recogen las uvas
ni la alegría de los que hacen el vino.
¡Se acabaron las canciones
y los gritos de alegría!
11»Mi corazón tiembla
como las cuerdas de un arpa;
tiembla de tristeza por la desgracia
de Moab y de Quir-haréset.
12De nada les sirve a sus habitantes
subir a las colinas para adorar a sus dioses;
por más que rueguen
no van a conseguir ayuda».
13Este fue el mensaje que hace mucho tiempo Dios dio en contra de Moab. 14Y ahora Dios dice: «El contrato de trabajo de cualquier obrero dura tres años. Por eso les digo que dentro de tres años el poder de Moab será destruido. Su gente morirá; solo unos cuantos quedarán con vida, pero sin fuerzas».